Más allá de la comprensión científica, intelectual o lógica de todo lo
que nos está sucediendo, necesitamos adquirir la sabiduría que nos ayude
a enfrentar este tiempo difícil que sacude a la humanidad y que
indiscriminadamente afecta nuestras vidas. Buscar a Dios nos permite
adentrarnos en el ámbito de la espiritualidad e ir más allá de la finita
mente humana. Hablo de descubrir una realidad que el hombre natural no
puede percibir por medio de sus sentidos. Es algo que tiene
que ver con una experiencia que te lleva a una intimidad con el
Espíritu Santo tan real que hará posible que, aun cuando estés rodeado
de sufrimiento y oscuridad, tendrás una percepción de los
acontecimientos tan sublime que te hará vivir en total paz y seguridad
como consecuencia de una esperanza más allá de lo temporal.
Es posible que para algunos lo expresado les resulte místico o absurdo. Con todo, buscar a Dios en tiempos difíciles es una gran oportunidad para abandonar la necedad que nos aleja de Dios y nos conduce al abismo de la autosuficiencia humana.
Honestamente, no voy a especular sobre el por qué de mucho de lo que nos sucede, pero tengo la certeza de que si buscas a Dios vivirás en plenitud y el velo de tu incredulidad se desvanecerá para elevarte por encima de los nubarrones de las circunstancias que te rodean en medio de esta crisis del COVID-19.
Así que, si eres un sanitario, eres un agente de seguridad, si estás contagiado con el virus o estás confinado en tu casa… aún es tiempo de hallar a Dios. Te invito a que busques a Dios, no dejes que se haga tarde.